Desde su fundación y hasta el presente, la Academia de Guerra Naval ha preparado a los Oficiales especialistas en Estado Mayor para asumir los cargos del Alto Mando Institucional, tanto en Chile como para numerosas Armadas extranjeras. Del mismo modo, prepara a jóvenes Oficiales en cursos prácticos complementarios de su formación profesional, Oficiales de línea y de los servicios en cursos de Informaciones de Estado Mayor y desarrolla otros cursos y actividades especiales de alcance internacional, a requerimiento del Estado Mayor General de la Armada.
La Academia de Guerra Naval, ubicada en la calle Pedro León Gallo en el cerro Playa Ancha, otea el mar y se encuentra en la parte de arriba del ahora remozado cuartel Silva Palma. Se comunican internamente, por lo cual muchos de los prisioneros eran indistintamente torturados en uno u otro lugar, día y noche.
Según consta de los testimonios, fue utilizada entre los años 1973 y 1974.
Este recinto, de acuerdo a los testimonios, es una gran construcción perteneciente a la Armada donde hubo numerosos detenidos, provenientes de diversos recintos de la región: Comisaría de Casablanca, Base Aeronaval del Belloto, Base Aérea de Quintero de la FACH, de los cuarteles policiales y recintos militares de Valparaíso y Viña del Mar y desde los buques con prisioneros ubicados en el muelle de Valparaíso [Esmeralda, Lebu, Maipo]. Muchos detenidos fueron llevados directamente a este lugar por personal de la Armada. Los interrogatorios fueron realizados principalmente por el Servicio de Inteligencia Naval (SIN). Varias detenciones fueron realizadas por civiles, que previamente secuestraban a los detenidos.
Las víctimas, hombres y mujeres, establecieron, que en general desde el momento mismo de la detención las personas eran amenazadas y golpeadas, en muchos casos atadas y con los ojos vendados, con prohibición de comunicarse; se los mantenía en una gran sala común con las manos en la nuca, tendidos en el suelo e inmóviles. A las mujeres se las mantenía en zonas separadas, desnudas, incomunicadas, sufrían vejaciones sexuales y algunas denunciaron haber sido violadas.
Los testimonios coincidieron en señalar que fueron sometidos a interrogatorios y sistemáticas torturas, que sufrieron colgamientos, aplicación de electricidad, cortes con cuchillos y corvos, inmersión y asfixia en aguas servidas, aplicación de las torturas denominadas el teléfono, el submarino, el pau de arara; y hay testimonios de haber sido obligados a practicar ruleta rusa. Los simulacros de fusilamiento fueron realizados con una detallada puesta en escena: al prisionero incluso se le permitía escribir cartas de despedida a su familia.
Comisión Nacional sobre Represión Política y Tortura / 2005
En la Academia se escuchaban gritos día y noche. A mí me golpearon, me violaron y me aplicaron electricidad. La corriente era horrible, porque da espasmos que no se pueden controlar. Y te ponían corriente en los pechos, la vagina, la boca, quemaduras de cigarro en las nalgas, en los brazos y en los muslos. Una noche me llevaron y me sacaron la ropa: me obligaban a desnudarme cada vez que decía un no, o que daba una respuesta que no les satisfacía. Me sentí tremendamente vejada, empezaron a tocarme, a manosearme, a hacerme cosas.
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Lo concreto es que te van ablandando físicamente, con golpes, con violaciones, con electricidad, y después llega el golpe psicológico, cuando ya no te quedan defensas. De hecho, había una carabinero mujer que me interrogaba violentamente, con mucho ataque psicológico. Los marinos nos sacaban a las mujeres para divertirse con nosotras, para abusar sexualmente.
Testimonio de María Eliana Comené. Punto Final, edidicón 581 – 26 nov. / 9 dic. 2004
En la Academia de Guerra Naval instaló durante el golpe militar su cuartel general el almirante José Toribio Merino.