Compañía Sudamericana de Vapores.
Plaza de Sotomayor, 50
De características arquitectónicas neoclásicas, manifestadas principalmente en la modulación simétrica de los vanos y el trabajo de las columnas, es representativo del tipo arquitectónico Edificio Manzana, que establece una relación perimetral unitaria con cuatro calles, en un emplazamiento continuo en la línea de edificación.
En la década de 1990 el inmueble fue intervenido, construyéndose un nuevo edificio que aumentó la densidad en en 13 plantas, conservando solamente los muros perimetrales del original.
Edificio Sudamericana de Vapores
Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) es una empresa chilena de transporte marítimo. Fundada en 1872, es una de las navieras más antiguas del mundo y una de las más grandes de América Latina.
Es una sociedad anónima abierta, que cotiza sus acciones desde 1893. Se especializa principalmente en el transporte de contenedores, aunque también ofrece servicios especiales, tales como transporte marítimo de graneles líquidos y sólidos, cargas refrigeradas y automóviles.
CSAV es una empresa global: opera más de 30 servicios de línea alrededor del mundo y tiene presencia comercial en más de 200 ciudades en todo el mundo.
Compañía Sudamericana de Vapores
Ricardo Claro, que en paz no descanses.
… dueño de la Cía. Sudamericana de Vapores al momento del Golpe Militar y facilito sus barcos para que allí fueran torturados y hecho desaparecer muchos chilenos. Cómplice de los asesinatos de la dictadura.
Desde el mismo 11 de septiembre la compañía puso a disposición de la armada dos de sus barcos. Uno de ellos, el Maipo, trasladó a 380 detenidos desde Valparaíso hasta Pisagua.
Muchos de sus pasajeros perdieron la vida. El otro barco facilitado fue el Lebu, que cumplió el rol de cárcel flotante. Más de dos mil personas pasaron por sus bodegas y camarotes.
Siempre se ha hablado de que los cuerpos de los prisioneros no sólo fueron arrojados al mar desde helicópteros del Comando de Aviación del Ejército, como está comprobado en la investigación del juez Juan Guzmán en el proceso por la muerte de Marta Ugarte, sino que también fueron lanzados desde algún barco y su obra se atribuye a la Armada.
Comisión Funa: Ricardo Claro, que en paz no descanses.
Ninguno de ellos colocó un cátodo de electricidad o introdujo ratones en los cuerpos de algunos de los miles de prisioneros
torturados. Ni siquiera los golpearon. Pero como lo reconoció el general Juan Emilio Cheyre, en esto hubo una responsabilidad institucional, que por cierto va más allá de los uniformados. Fue un entramado político, jurídico y comunicacional que dio sustento al régimen militar, tal como lo consigna el informe sobre Prisión Política y Tortura. Estos hombres no vistieron uniforme, pero sí se pusieron la camiseta para avalar estos horrores.
Ana Verónica Peña: Los Imperdonables