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Quinta


Por mi palabra de honor y de caballero que por cada víctima que hagáis, he de hacer lo menos diez.
Gonzalo Queipo de Llano y Sierra en La Unión, 26 de julio de 1936


The Illustrated London News. February 27, 1937

Malaga in the hands of Franco's forces: refugees and homeless

 

After the occupation of Malaga, General Franco’s forces were faced with the problem of feeding and providing for some 150.000 refugees, besides the normal population of 136.000. Many of the refugees were peasants who had fled from the areas of Andalucia occupied by the Nationalists and had flocked into the city. Men and women with starving children camped in the streets with their pitiful bundles of possessions, but were finally persuaded to leave for their villages after being fed by women’s Fascists organisations and the Nationalists troops. H.M.S. “Resolution” stood by, ready to be of assistance, but on the arrival of two shiploads of food from Cadiz and Seville the position became easier, although there was a shortage of staple food-stuffs and medical supplies. There had been little bread available before the occupation, and it was revealed that the women had been using starch and water for milk! – Typhoid and smallpox had broken out amongst the population. Before the attack, many of the inhabitants fled to the hills, where they lived in caves and holes, but they returned after the fall of the city, and added to the difficulties of finding accommodation for the homeless. Those who fled along the road to Almeria were bombed and fired on from aeroplanes.

 

Quinta 2

 

Innocent victims of the civil war: peasants waiting in the streets to be sent to their villages by general Franco's forces after the fall of Malaga - pathetic groups with their bundles. The Illustrated London News. February 27, 1937.

 

The fall of Malaga
The city occupeed by general Franco's forces

 

Malaga was captured by general Franco’s forces with very little opposition. The militia retreated hurriedly into the city and then became demoralised. Their leaders fled and soon a long trail of fugitives wound along the road to Almeria. The Nationalists captured many prisoners and an enormous amount of war material. The attacking troops were chiefly Spanish. The arrangements made beforehand to feed and provide for the inhabitants led to the speedy pacification of the city. Many buildings had been damaged in the bombardement and when the Government tropos retreated they destroyed all tose which might prove of service to their opponents. It was also stated taht they had damaged the interior of the Catedral and destroyed chirches, chapels, convents, and the houses of known sympathisers with the Nationalist movement. As the long columns of troops marched through the suburbs into the city they were greeted by cheering crowds seeking relief from the tension of the past few weeks, and here and there a Fascist supporter raised his arm in salute. The cleaning-up opperations in the neighbourhood met with litte resistance and Malaga son returned to a normal condition.
The Duke of Seville has been appointed Military Governor of the city.

 

Quinta 3

 

Sent back to their villages by general Franco's forces after the fall of Malaga: peasants returning with their goods on mules and in bundles- a strange cavalcade.
The Illustrated London News, February 27 1937

ABC, Madrid 7 de marzo de 1937

La Libertad

 

Lo que de ningún modo puede prevalecer es la política impunista y contrarrevolucionaria. La caída de Málaga exige un proceso de responsabilidades, claro, rápido y terminante.

 

Responsabilidad para quienes, a pesar de los siete meses de guerra transcurridos, no habían ordenado la fortificación de Málaga.

 

Responsabilidad para quien, conocedor del avance faccioso sobre la capital malagueña, no llevó a cabo los preparativos necesarios para impedirla o tratar de impedirla.

 

Bethune 4

 

Responsabilidad para quien, a pesar de disponer de un contingente de tropa compuesto por varias compañías del Ejército, una de la C.N.T., dos de Carabineros, milicias populares y grandes grupos de ciudadanos decididos a una defensa heroica, dio, inesperadamente, la orden de retirada.

 

Responsabilidad para quien, técnicamente conocedor de la importancia estratégica de Málaga, no envió el armamento necesario y permitió que Málaga sólo contase para su defensa con ocho o diez ametralladoras y cinco o seis cañones del 5,5.

 

Responsabilidad para quien, desde la Comandancia militar de Málaga, lanzó el "¡Sálvese el que pueda!", que desmoralizó a la ciudad y facilitó la entrada a las tropas invasoras.

ABC, Madrid 11de febrero de 1937

La Voz, Febrero 1937

 

Ahí está el ejemplo de Málaga. Dentro de Málaga habría seguramente, discusiones como las que hay ahora por aquí. Desde luego, la ciudad no se ha perdido por eso; pero se ha perdido. Málaga está hoy bajo el látigo de Queipo. Imagínese, pues, lo que estará pasando por allí. Y esto es lo más grave de la guerra feroz que estamos padeciendo. De la guerra, que es mucho más urgente, muchísimo más que la revolución...

 

Quinta 5

 

El trágico éxodo de las masas malagueñas, 1937. Francisco Carreño

ABC, Madrid 16 de febrero de 1937

Frente Rojo, Febrero 1937

 

El caso de la pérdida de Málaga no es la lucha de unos partidos o grupos con otros. Las responsabilidades hay que buscarlas arriba, en las personas dirigentes del Ejército que, conocedoras de la crítica situación de Málaga, no hicieron nada o lo han hecho cuando ya era tarde.

 

Quinta 7

 

Málaga, bombardeo, 1937.

February 8, 1937

Spanish Nationalists Capture of Malaga

 

The Spanish Nationalists captured the key city of Malaga, with Italian military support, but were unable to cut the road between Madrid and Valencia. This lifeline allowed the Loyalists to keep fighting in defense of Madrid.

Arriba

Antony Beevor. Crítica, Barcelona, 2005
La guerra civil española

En Málaga apenas se produjeron actos violentos antes del 27 de julio. Pero aquel día los aviones de los nacionales arrojaron sus bombas sobre el mercado y mataron a mujeres y niños. Sabiendo como sabían por las fanfarronadas que Queipo prodigaba desde Radio Sevilla que Málaga estaba llena de espías del general faccioso, la incursión aérea provocó el estallido. Los sospechosos de espionaje fueron sacados de la cárcel y fusilados contra la pared más cercana. Entre agosto y septiembre fueron asesinadas en la ciudad de Málaga alrededor de 1.100 personas, entre ellas el general Patxot.

 

Quinta 1

 

De todas las ciudades que habían resistido al levantamiento, Málaga fue, quizá, la más castigada. Sólo entre el 1 y el 23 de marzo de 1937 fueron fusiladas más de 700 personas en las tapias del cementerio de San Rafael. Es muy difícil llegar a conocer el número total de víctimas de la represión nacional en Málaga; se han contabilizado unas 7.000 pero, posiblemente, el número real se acerque al triple.

El cónsul británico en Málaga envió en 1944 un informe basado en estadísticas de los nacionales en el que decía que “mientras los “rojos” controlaron Málaga, entre el 18 de julio de 1936 y el 7 de febrero de 1937 … ejecutaron o asesinaron a 1.500 personas”. Pero que “durante la primera semana de la “liberación”, es decir, del 8 al 14 de febrero de 1937, los nacionales ejecutaron a 3.500 personas”, y que “desde el 15 de febrero de 1937 hasta el 25 de agosto de 1944, otras 16.952 personas fueron condenadas a muerte y fusiladas en Málaga”.


La primera acción en España del CTV (Corpo di Truppe Volontarie) italiano, la campaña de Málaga, tuvo lugar mientras los ejércitos contendientes en la zona de Madrid se preparaban para el siguiente asalto. El extremo meridional de la zona republicana no era más que una larga franja de terreno entre el mar y la montaña, que iba desde Motril hasta Estepona. Tan sólo la suma prioridad dada al asalto sobre Madrid había impedido a los nacionales atacar con anterioridad aquel reducto de la República. Queipo de llano estaba impaciente ante lo que él veía como un reto a su control total de Andalucía. El mando de las tropas se asignó a un Borbón, el coronel duque de Sevilla, y Franco pidió a Roatta que se uniera a la ofensiva con sus 10.000 milicianos fascistas y la Aviazione Legionaria con apoyo. Fue una decisión inteligente porque la victoria estaba asegurada y así Mussolini se sentiría animado para proseguir con su ayuda en unos momentos en que, de repente, se preocupaba por la opinión internacional.

Si estaba escrito que la República tenía que perder una campaña era esta. El terreno y lo alargado de la zona significaba que los nacionales podían cortarlo por donde quisieran y cuando quisieran. La situación de las defensas de Málaga era penosa, porque la ciudad había llevado hasta entonces una existencia revolucionaria, aislada de la realidad de la guerra. En la ciudad reinaba además un exacerbado antagonismo entre los comunistas y la CNT, mientras que en el campo los campesinos, en su mayoría anarquistas, estaban inmersos en el trabajo de sus colectividades, al amparo de las montañas de la cordillera Penibética, que les daba una falsa sensación de seguridad.

Las fuerzas republicanas consistían  sólo en 12.000 milicianos, un tercio de los cuales carecía de fusiles y los que estaban armados no disponían tampoco de mucha munición. Este estado de cosas se debía, en parte, a la negligencia deliberada del Gobierno, a quien desagradaba la continua independencia de la provincia. Se ha puesto en boca de Largo Caballero la expresión “ni un tiro más por Málaga”. De otro lado, el comandante de la plaza, coronel Villalaba, que ya antes había dado muestras de defección, traicionó a la república y prácticamente dejó a Málaga inerme ante las tropas nacionales, tal como argumentó en su defensa cuando, tras la guerra, regresó a España y fue perdonado por Franco.  

La ofensiva del duque de Sevilla arrancó lentamente, a mediados de enero, bajo una lluvia torrencial. La primera zona de importancia que se ocupó fue el extremo suroeste, que incluía Marbella, mientras las tropas motorizadas italianas se desplazaban hacia el sur desde Alhama, comprometiendo las comunicaciones de Málaga con Motril. Y, sin embargo, el primer ataque a la ciudad de Málaga, en la primera semana de febrero, llegó casi por sorpresa. Las fuerzas del duque de Sevilla avanzaron por la costa, aplastando a los destacamentos de milicianos con facilidad, mientras que las milicias de camisas negras, al mando de Roatta, cortaban el paso hacia el mar y la fuerza procedente de Granada avanzaba hacia la carretera de la costa, aunque dejaron abierta esta ruta de escape para no provocar una resistencia encarnizada. En el plazo de tres días las fuerzas nacionales e italianas habían llegado a los arrabales de Málaga, tras un bombardeo desde el aire a cargo de la aviación italiana y desde el mar a cargo de unidades de la flota nacional, apoyadas por el Admiral Graf Spee. Los barcos de guerra republicanos con base en Cartagena ni siquiera llegaron a salir del puerto. 

Las descripciones de la huida de civiles y milicianos exhaustos que escapaban de la ciudad por la carretera de la costa son espeluznantes. Mujeres enloquecidas seguían amamantando a sus hijos muertos mientras los más viejos y débiles se iban muriendo a lo largo de la carretera bajo el fuego de los morteros que llegaba desde el mar y del de los aviones que, en vuelo rasante, ametrallaban sin piedad a los fugitivos. A Arthur Koestler y a sir Peter Chalmers-Mitchell les parecía que la ciudad abandonada era el reino de las sombras solitarias. Espesas columnas de humo se alzaban sobre los restos de las casas derruidas por las bombas. Anonadados ante la derrota, algunos milicianos deambulaban sin rumbo en espera de que les pusieran contra una pared y los fusilaran. La venganza de los nacionales sobre málaga fue quizá la más horrenda de toda la guerra: como ya hemos visto, el embajador británico en Madrid informó al Foreign Office el 31 de agosto de 1944 de que durante la primear semana de “liberación” de la ciudad, los nacionales fusilaron sin juicio previo a 3.500 personas y desde l 15 de febrero al 25 de agosto de 1944 otras 16.952 más fueron sentenciadas “legalmente” a muerte. El fiscal de los nacionales en Malaga fue Carlos Arias Navarro, que sería conocido como “Carnicerito de Málaga”  y, con el tiempo, llegaría a ser  el último presidente de gobierno de Franco y el primero de Juan Carlos I.


“El mismo día de la tragedia malagueña, cuando tantos trabajadores caían fusilados por los mercenarios de Franco, en Barcelona todo el mundo, Gobierno, prensa, oren público, organizaciones sindicales y políticas, estaba preocupado en resolver un  problema que nada tenía que ver con la guerra. Caía Málaga y en Barcelona se discutía la colectivización de las vacas”

Joan Comorera, en Catalunya en peu de Guerra (p.11) citado en La guerra civil española, Anthony Beevor, Crítica, Barcelona, 2005)


El desastre de Málaga alimentó la tensión que ya existía entre los comunistas y Largo Caballero (…) … La caída de Málaga en concreto fue causada, mayormente, por la traición."

 

General Berzin, en carta a Moscú, en La guerra civil española, Anthony Beevor, Crítica, Barcelona, 2005

 

Spain 1936-39: The Murdered Revolution
Thousands of Workers Must Not Have Died in Vain

Jean Rous

 

Republican Treachery Begins to Give Birth to Defeatism.

 

The fall of Malaga on 10 February 1937 gave a shock, in full flight, if we can say that, to these governments of transition – of transition towards counter-revolution, that is. These governments would be seen invariably using defeats as well as victories to whittle away the revolution, and, obviously, they were particularly successful in the case of defeat. The fall of Malaga was the result of Republican treachery. Malaga was given away by the Republican High Command.

We should note a fact worth remembering: when the troops of Quiepo de Llano broke in, the official police of Messrs Azaña, Caballero and Stalin – the National Guard – received them in their three cornered hats, and, in an impeccable ‘guard of honour’, placed themselves at the disposal of the old warrior of Seville. He took advantage of the good order in the ranks before him to have them immediately swept by machine gun fire.

 

Quinta 6

 

In his own way the epileptic old soldier gave a symbolic demonstration of the fate of trimmers and traitors in a civil war. Malaga and its political and administrative organisation were considered by Stalinists the world over as a truly model fortress abundantly provided with material from Moscow, which the CNT and the POUM on the Aragon front lacked. The fall of Malaga was a great blow to morale. The organ of the CNT translated this depression in an Anarchist manner: “As for democracy, that has to be the price of playing its game.”


Quinta 8